publicidad para la distribución (y II)

“Muchos redactores y directores creativos dirán que la redacción publicitaria no tiene reglas, que la buena publicidad rompe las normas. Puede que sea así. Pero antes de romper las normas, hay que conocerlas” (Robert Bly. The Copywriter’s Handbook)

En la primera parte de este artículo hablaba sobre la publicidad dirigida no al consumidor final sino a la distribución y afirmaba que ésta tiene un código creativo propio. Generalmente este tipo de publicidad llega a su público objetivo a través de argumentarios de ventas (sales folders) o de anuncios en revistas especializadas. En este post intentaré definir a grandes rasgos las características que la definen y lo haré a partir del análisis de una amplia muestra de anuncios de página entera insertados en la revista Alimarket, una de las publicaciones de referencia del sector.

En general, la publicidad para la distribución no suele andarse con sutilezas ni florituras porque su objetivo fundamental es darle a conocer el lanzamiento de nuevos productos o alguna novedad relacionada con estos, como pueden ser una ampliación de gama o un envase renovado. Por ello, desde el punto de vista de la dirección de arte, en los anuncios predomina casi exclusivamente el uso del bodegón o pack shot en el cual el producto aparece solo a gran tamaño presentado, como describe la tipología visual de los anuncios de prensa realizada por el creativo Henri Joannis, “en majestad” comunicando con su aspecto para que los distribuidores puedan identificarlo, reconocerlo e imaginarse su presentación en el punto de venta.

En cuanto a la redacción publicitaria, en general se caracteriza por estos rasgos:

  • Estilo fragmentado, definido por el laconismo de la expresión y la yuxtaposición de sintagmas y oraciones sin conectores gramaticales que dan al mensaje una aparente desestructuración formal.
  • Como consecuencia de lo anterior, el uso del cuerpo de texto (body copy) no suele ser habitual.
  • El uso de argumentos de venta que atañen y apelan exclusivamente al distribuidor (“anunciado en televisión”, “con un formato más pequeño que asegura una mayor rotación del producto”, “periodo de caducidad largo”, “diseño más atractivo y visible”, “nuevo posicionamiento”). Aquí también cabe incluir la referencia a fuentes (informes, estudios de investigación, etc.) que sustentan determinadas informaciones.
  • El uso del lenguaje que conoce la distribución, que se manifiesta en la presencia de terminología técnica del sector del marketing en general y del merchandising en particular (líder del mercado, posicionamiento, cuota de mercado, rotación de productos, lineal, presentación, formato, libre servicio, retail, categoría, punto de venta).

vuelve el jingle

De regreso a casa después de un magnífico fin de semana, mis hijos y un par de amigos que les acompañaban empezaron entre risas a cantar canciones de anuncios para hacer más llevadero el viaje en coche. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me di cuenta de que conocían todas las letras de cabo a rabo. A continuación os dejo tres de las perlas que cantaron; sus favoritas, me dijeron. Desconozco qué repercusión tuvieron los anuncios en las ventas, pero si sus anunciantes hubieran hecho un test de recuerdo y de notoriedad espontánea entre los adolescentes presentes en nuestro vehículo estarían 100% satisfechos del resultado. Y quienes las escribieron supongo que estarían muy orgullosos de su trabajo.



publicidad para la distribución (I)

Al pensar en publicidad generalmente se suele hacer asociándola a la que va dirigida al consumidor final. Pero existen otros audiencias que también son público objetivo de la publicidad. Una muy importante y a la cual no se acostumbra a prestar la atención que se merecería es, sin duda, la distribución. Pensemos en lo fundamental que resulta que, antes que los consumidores, sea la cadena de distribución la primera en enterarse del lanzamiento de un nuevo producto, del cambio del diseño de un envase o de la reciente ampliación de una gama. A esto cabría añadir que la publicidad de determinadas categorías de productos no se dirige especialmente a los consumidores sino a la distribución. Un ejemplo sería el caso de productos como las frutas y las verduras, cuya publicidad encontramos sobre todo en soportes especializados del sector.

A pesar de su relevancia en la cadena de valor comunicativa, la publicidad dirigida a la distribución es una gran olvidada. Desde el punto de vista teórico no conozco ningún trabajo que haya analizado su retórica y sus códigos creativos propios. Y desde el punto de vista práctico diría que las agencias y los creativos no suelen dedicar mucho esfuerzo a un tipo de publicidad que, desde la perspectiva profesional, no tiene glamour, no luce, al no proporcionar ni honor ni fama.

Cuando hablamos de códigos creativos nos referimos al lenguaje verbal e icónico de la publicidad de determinadas categorías de productos que nos permite reconocer e identificar su estilo de comunicación. Es una especie de patrón, tomado como convención, que se repite en los anuncios de una misma categoría. Cuántas veces no hemos escuchado decir que todos los anuncios de detergentes se parecen, o los de champús (¿hay alguno en el que no aparezca la sedosa melena de la chica moviéndose a cámara lenta?) o los de gafas de sol. Pues se parecen porque utilizan códigos creativos parecidos.

Aunque no se trate de categorías de productos, creo que que esta definición también se puede aplicar a la publicidad dirigida a la distribución ya que considero que ésta tiene su propio código creativo. En un próximo artículo intentaré dar algunos pistas que lo caracterizan, tanto desde el punto de vista de la dirección de arte como, por supuesto, de la redacción.