Por este desorden:
- Un creativo.
- Alguien que no puede defraudar a quien ha decidido tomarse su tiempo para leer o escuchar el texto de un anuncio.
- Alguien con el que todo el mundo se atreve porque se supone que todos sabemos escribir ¿no?
- Alguien que está buscando su lugar en la era de la postpublicidad.
- Alguien a quien ya casi nadie invita a una fiesta, pero a la que se cuela discretamente para acabar siendo el protagonista.
- Alguien con altas dosis de tolerancia a la frustración y complejo de peonza: “dale otra vuelta, que no nos acaba”.
- Alguien que, en un mundo de marcas, no se olvida de argumentar a favor de productos.
- Alguien que iría a Supervivientes y ganaría: ¡le han dado por muerto y enterrado tantas veces!
- Alguien que con la palabra publicitaria tuvo que aprender, por este orden, a informar, persuadir, seducir y, finalmente, conversar y explicar historias de largo recorrido.
- Alguien que se resiste a rendirse y se empeña obstinadamente en seguir escribiendo.
- Alguien que todavía piensa y escribe anuncios de prensa, spots de TV, cuñas de radio, carteles, cartas de marketing directo o banners.
- Alguien que se olvida de sí mismo para ponerse en la piel de los otros.
- Alguien que no puede llamarse redactor si, a pesar de su creatividad, no sabe expresar las ideas con palabras.
- Alguien que se emociona cuando le dejan escribir “mucho texto”.
- Alguien a quien también llaman copy, redactor creativo o redactor conceptual.
- Un camaleón.
Se me ocurren dos más, pero no sé si estamos en horario infantil.
Interesantes muchos artículos de tu blog. Me iré dejando caer por aquí, sin tu permiso, espero que no te moleste.
Saludos de copy!
Suéltalos, no te cortes. ¡Gracias y bienvenido a Think copy!
Muy bien,¡ánimo! y a seguir escribiendo con más de 100 caracteres.